Bayer-Monsanto, una preocupante alianza: UAM ~ Mira tu México

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Bayer-Monsanto, una preocupante alianza: UAM

ENTREVISTA (Parte 1). La doctora Rosa Luz González dijo que ésta y otras fusiones significan que la decisión de qué investigar y qué producir queda en muy pocas manos; además, México representa un mercado muy atractivo para el maíz transgénico.

A largo de los años se ha vivido una lucha entre quienes están a favor de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) por ser la respuesta al hambre del mundo, y quienes aseguran que las actuales investigaciones no garantizan que no haya efectos dañinos a la salud o al medio ambiente; sin embargo, en medio de esta polémica diversas trasnacionales ya han comenzado a tomar cartas en el asunto a través de alianzas, para reorientar sus objetivos en busca de ampliar sus oportunidades en diversos países, entre los cuales, se encuentra México.

“No nada más para México, sino para el mundo es muy preocupante que se estén dando estas fusiones,  creando estos oligopolios. Ahorita tenemos a China Chemical Corp que adquirió a Syngenta; tenemos Dow Chemical que se fusionó con DuPont; y tenemos a Bayer que compró a Monsanto”, manifestó la doctora Rosa Luz González Aguirre, profesora e investigadora en el Departamento de Sociología, en el área de Impactos Sociales de la Biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco.

La inquietud surge porque estas acciones representan la unión de grandes empresas agroquímicas con empresas de semillas, es decir, “se trata de unos cuantos oligopolios que están tomando decisiones sobre la base de la alimentación y de la producción agrícola, con intereses muy claros de rentabilidad; donde se están generando convergencias de alta tecnología y la revitalización de tecnologías de insumos y bienes de capital agrícolas”.

De tal manera que la decisión de qué investigar y qué producir queda en muy pocas manos, ante lo cual surge la pregunta sobre qué pasa con aspectos de seguridad alimentaria, considerando que esos cultivos no se producirían si no fueran tan rentables para esas empresas, cuestionó Rosa Luz González.

“Esos grandes oligopolios que se están creando, están reorientando sus estrategias alrededor de todos esos activos complementarios que les permitan comercializar y distribuir los productos  que se tienen y los nuevos productos que van a ser posibles con herramientas como la edición de genes.  Entonces sí es muy preocupante, porque es una concentración de poder mayor que en las petroleras”, agregó la ingeniera química por la Universidad de Sonora, Rosa Luz González, en entrevista para Mira tu México.

MÉXICO, UNA REGIÓN ATRACTIVA PARA MAÍZ TRANSGÉNICO

Respecto a las especulaciones, tras el anuncio de la fusión Bayer-Monsanto, de que si entrará con mayor fuerza la siembra de maíz transgénico al país, la especialista González Aguirre consideró abierta la posibilidad, ante los diversos factores que hacen al mercado mexicano muy valioso.

“No sería extraño, el maíz es nuestro producto más importante en México, en términos agrícolas, en términos de producción, de hectáreas que están comprometidas con el cultivo, en términos de personas que dependen del cultivo; entonces es un segmento de mercado muy atractivo, seguramente buscarán hacer esto y, no necesariamente transgénicos, sino Organismos Genéticamente Modificados por diferentes técnicas”.

Explicó que en México, desde 1998 existe una moratoria para la liberación comercial de maíz transgénico, “porque como sociedad nos importa mucho el maíz y porque somos centro de origen y diversidad de este cultivo”; sin embargo, a pesar que desde hace 20 años se siembra algodón transgénico en el país, no ha generado rechazo en la sociedad aunque también sea centro de origen.

Ello, debido a que “el simbolismo y todo lo que representa el maíz para nosotros ha hecho que como sociedad consideremos que su siembra en el país es un riesgo y nos hayamos opuesto a la misma. Además, el hecho de que seamos centro de origen y diversidad de maíz, nos da un estatus especial en el mundo y dentro de los mismos protocolos internacionales de bioseguridad”.

En este contexto, recordó que desde hace tiempo la lucha contra el maíz transgénico se tiene en México, lo cual ha sido “un logro muy importante de la sociedad respecto a tratar de guiar a una tecnología hacia objetivos de mayor beneficio social”; para lo cual, primero fue necesario pelear en el ámbito gubernamental, oponiéndose a los funcionarios que daban las autorizaciones; después la lucha se dio en esferas legislativas; y actualmente está a nivel de la Suprema Corte.

SOLUCIÓN ANTE LA PRESENCIA DEL MAÍZ TRANSGÉNICO

La doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Desarrollo Rural por la UAM Xochimilco, Rosa Luz González Aguirre, manifestó que las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil han aprendido a moverse en diversas esferas para lograr detener la siembra de maíz transgénico, sin embargo, se necesita trabajar en otros aspectos para lograr que no se autorice.

“Si no logramos generar opciones tecnológicas atractivas al maíz transgénico, tal vez los productores, una vez que se autorice, terminarán sembrando; y digo una vez que se autorice, porque la lucha ha sido muy fuerte. Ahora pudiera ser que se autorizara”, porque la lucha es más asimétrica debido a estos grandes oligopolios que se han creado de grandes trasnacionales, aseveró.

Por tal motivo, dijo que la realidad es que cada vez más se requiere de variedades que tengan nuevas capacidades, tanto para industria como para la alimentación y el ambiente, por ello, “no basta con que nos opongamos a Bayer y Monsanto, a Dow o a Syngenta, necesitamos alternativas tecnológicas: Variedades con mayor resistencia a plagas y enfermedades, con mejores rendimientos y cómo las vamos a llevar al campo; porque si no tenemos opciones tecnológicas empezarán las presiones para que las variedades desarrolladas por estos oligopolios entren”.

Adicionalmente, se debe trabajar en que las instituciones del país tengan la capacidad de evaluar las diferentes opciones tecnológicas (esos métodos pueden ser con transgénicos, con sisgénicos, con edición de genes o con otros métodos); evaluar lo que puede llegar a entrar a México, y una vez en campo saber cómo se comporta. “En Brasil por ejemplo, empezaron a volverse resistentes los insectos que atacan a la soya transgénica porque los cultivos están mal manejados”.

En general, consideró necesario que los países refuercen la producción de aquellos cultivos que consideren importantes para su población, “pero reforzar no nada más la investigación sino todo el encadenamiento hasta producto final”, lo cual se tiene desarticulado en México, tanto a nivel de cadenas productivas como de su análisis.

¿Y EL MAÍZ TRANSGÉNICO IMPORTADO?

“En México, desde 1998 hemos detenido la siembra comercial de maíz transgénico, pero no hemos detenido las importaciones. Importamos de Estados Unidos millones de toneladas al año y ahí viene revuelto”, explicó la científica social González Aguirre.

Sin embargo, es un aspecto al cual no se le da seguimiento, por lo que no es suficiente decir no a la siembra de maíz transgénico si se quiere “proteger nuestra base de alimentación y nuestro centro de origen. Tenemos que ver, qué vamos a hacer con esas importaciones por un lado, y por otro lado, también tenemos que evaluar más allá de ideas preconcebidas de que la tecnología es mala”, debido a que la evaluación se tiene que hacer caso a caso y producto por producto.

En cuanto, al replanteamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la entrada del nuevo presidente de Estados Unidos, consideró que ésta “debiera ser una oportunidad” para analizar el punto del maíz transgénico importado; sin embargo, desde que el TLCAN se firmó, se dejó de producir una parte muy importante de maíz y se dejó en manos de quien lo produjera más barato y ese era Estados Unidos.

“Ese maíz que en general no lo destinamos a nuestra alimentación directa, va a la industria, sobre todo, a la ganadería, a la porcina, a la avicultura, a los edulcorantes, pero también a la producción de cereales y tortillas para consumo humano y aceite vegetal”.

Por tal motivo, consideró necesario “tener muy claro a la hora de renegociar que necesitamos basar nuestras negociaciones en aspectos de seguridad alimentaria, incorporando aspectos de cantidad y calidad. Eso no incluye nada más nuestra alimentación de manera directa, el maíz tiene mucho que ver con muchas industrias, entonces eso necesitamos cuidarlo; y no es fácil siendo tan dependientes (México) de las importaciones del maíz, porque son millones de toneladas”, agregó la doctora Rosa Luz González Aguirre.

Fuente: Mira tu México