El doctor Carlos Galindo explicó que si elegimos alimentos que usan grandes cantidades de insecticidas, estamos teniendo un impacto de contaminación diaria, por lo que es importante modificar prácticas de consumo.
Ante el ritmo de vida tan acelerado en las ciudades, las personas tienden a consumir lo que les implique menos tiempo de preparación, sin detenerse a pensar que tal vez estén contribuyendo a la destrucción de bosques, manglares y selvas, o que estén apoyando el uso de plaguicidas tóxicos para la tierra y el medio ambiente en general.
“Muchas veces decimos, yo no estoy impactando los ecosistemas, yo no ando con una motosierra cortando árboles, porque vivo en la ciudad, sin embargo, nuestras decisiones de consumo diarios tienen un impacto muy fuerte”, explicó el director general de Comunicación de la Ciencia de la Conabio, el doctor Carlos Galindo, durante la segunda emisión del programa radiofónica Resistierra, con el tema Pérdida y deterioro de hábitats.
“Si decidimos tomar alimentos que están utilizando grandes cantidades de fertilizante, de insecticidas, estamos teniendo un impacto de contaminación diaria, de ahí que es importante que nos volquemos hacia las practicas productivas que están haciendo un esfuerzo en no contaminar, en producir de una manera sustentable”.
En el caso del agua, consideró de suma importancia reflexionar que “nuestro consumo de agua está acabando con hábitats […] y tenemos un consumo de agua que muchas veces es desperdicio”. Por un lado, en la agricultura se desperdicia por los sistemas que utilizamos, y por otra parte, en nuestras actividades diarias como lavar el auto, al bañarnos, o al jalarle al excusado. “En cada una de esas cosas tenemos que hacer conciencia y reducir nuestro impacto, nuestra huella ecológica en lo personal”, agregó.
Por su parte, la doctora Irene, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, consideró que “para los humanos urbanos”, la naturaleza se ha vuelto algo externo, algo ajeno, y a pesar de que se tiene una generación completa bombardeada con información sobre lo grave que es esto, “no hemos logrado ni que se tome conciencia de la importancia de la biodiversidad, una conciencia que se traduzca en una modificación de prácticas de consumo, ni un política pública sólida que incentive actividades que realmente se traduzcan en un cuidado de un entorno”.
Tan sólo el informe “La crisis evitable: la catástrofe medioambiental de la industria europea de la carne”, realizado por la organización no gubernamental Mighty Earth, arroja que en los últimos veinte años, los bosques del Chaco (que se extiende por Argentina, Bolivia y Paraguay), han experimentado algunas de las tasas más elevadas del mundo de conversión a tierras agrícolas, principalmente para el cultivo de soja y la cría de ganado.
Además, según cifras de la Carta de Uso de Suelo y Vegetación desarrollada por INEGI, en tres décadas, México perdió el 26% de territorio ocupado por bosques, siendo las causas de esta pérdida la transformación de los ecosistemas y deforestación, debido al sobrepastoreo y al crecimiento de la agricultura.
“Tenemos que ser cada vez más cuidadosos en qué consumimos, de dónde proviene, cómo se produce, para evitar estos impactos”, subrayó el doctor Carlos Galindo.
Cabe destacar que el programa radiofónico Resistierra se transmite todos los viernes a las 13:00 horas, a través de Ibero 90.9 FM .
CONSULTA EL INFORME COMPLETO DE “LA CRISIS EVITABLE” EN:
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