La Sader explicó que utilizar las tecnologías de inoculación, clásico, de inundación, y de conservación, no afectan la producción agrícola, el medio ambiente ni la salud pública.

El método de inoculación consiste en introducir al cultivo insectos y ácaros (útiles, beneficiosos y enemigos naturales), en número reducidos, para que con el tiempo se reproduzcan con el fin de controlar la plaga a corto plazo y erradicarla a largo plazo.
En el método clásico se introduce un agente control para la erradicación del organismo a largo plazo, de esta manera, se libera el parasitoide y predador con la intención de controlar a los insectos y microorganismos.

Por ejemplo, en México se cuenta con el Centro Nacional de Referencia de Control Biológico, que proporciona tecnología alternativa al uso de plaguicidas químicos y contribuye con programas y campañas fitosanitarias en las que se promueve el uso de organismos benéficos.
La Sader explicó que caso contrario a estos métodos naturales, son los insecticidas que además de no terminar en su totalidad con las plagas, colateralmente matan a los organismos benéficos de los cultivos que se encuentran en la tierra e infectan el cultivo.
Fuente. Seder
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