Expertos explicaron que estos movimientos provocan el cambio de caudal por los cambios en la estructura del subsuelo, además, su color puede cambiar por la agitación de los sedimentos.
Después del sismo del 19 de septiembre, el gobierno de Morelos informó la afectación a diversos manantiales de los cuales brota muy poca o casi nada de agua (Agua Hedionda, en Cuautla; San Ramón y Palo Bolero, en Xochitepec; y Apotla, en Puente de Ixtla), así como el cambio en la coloración del agua del manantial Las Tortugas, en Itzamatitlán, municipio de Yautepe.
Respecto a estos cambios, el investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Eric Morales Casique, dijo: “El hecho de que el caudal cambie en un manantial después de un sismo es hasta cierto punto normal. Así como durante el sismo sentimos a 100 kilómetros que nuestras casas se mueven por la transmisión de esfuerzos en el subsuelo, estos también afectan al agua contenida en fracturas”.
De tal manera que un movimiento como ese puede originar cambios en la estructura del subsuelo, crear nuevas fracturas y obstruir las que ya existían. Algunos manantiales son manifestaciones de agua que circula a través de esas fracturas y sale a la superficie, pero “si el sismo altera esa estructura, es posible que altere los patrones de descarga, es decir, la descarga de agua subterránea en forma de manantial”, agregó.
Por otra parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) en Morelos, Juan Carlos Valencia Vargas, refirió que después de un sismo en común que algunos manantiales presenten un cambio de color debido al movimiento que ocurre en el interior del subsuelo.
“La agitación produce que los sedimentos que durante siglos se han ido acumulando al fondo del acuífero se revuelvan con el agua, o bien, que el agua entre en contacto con paredes que contienen algunos minerales y provocan alguna coloración que tiende a desaparecer con el paso del tiempo".
Los manantiales afectados de Morelos
Tras las afectaciones que sufrieron diversos manantiales en la entidad, expertos de instancias federales y estatales e investigadores de la UNAM se encuentran analizando si estos cambios son permanentes o no, superficiales o profundos.
Al respecto, Eric Morales Casique, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, dijo que para afrontar la situación y continuar con el funcionamiento de los balnearios (de Agua Hedionda y San Ramón, cuyos manantiales tuvieron las afectaciones más graves), se deben hacer varios análisis.
“Puede ser que el cambio haya sido relativamente superficial, o profundo. Dependiendo de esa situación serán las medidas a tomar, para ver si se reactivan o se buscan alternativas”, subrayó Morales Casique.
Por su parte, Ana Lillian Martin del Pozzo, del Instituto de Geofísica, mencionó que se proponen investigaciones geofísicas para saber si se trata de una modificación local o si fue algo más lejano que pudo haber cambiado la ubicación del manantial.
“Después del sismo me avisaron que había poca agua en el balneario de Agua Hedionda. Fuimos y no encontramos variaciones en la calidad del líquido, pero sí en la cantidad, pues salía muy poca y parece ser que disminuyó más en los siguientes días”, refirió.
La investigadora, quien junto con sus colaboradores han muestreado desde hace más de 20 años varios manantiales alrededor del volcán Popocatépetl para indagar la relación de estos con la actividad volcánica, explicó que el sismo movió sedimentos suaves provenientes del Popocatépetl, a lo que se sumaron las lluvias. “Esa mezcla de factores está produciendo afectaciones en los manantiales”.
Por otra parte, el secretario ejecutivo de la Ceagua, Juan Carlos Valencia, informó que la Comisión Estatal ya tomó muestras del agua del manantial Las Tortugas, para analizar en laboratorio los componentes que provocaron el cambio de color en el afluente, para que con base a los resultados se determine si se puede seguir usando para riego y como balneario rústico por los vecinos del lugar o si habrá algún cambio.
En tanto, dijo que en los próximos días se buscará drenar el agua del manantial para evaluar si el líquido que emerge del subsuelo sigue manteniendo la coloración o ya ha disminuido.
Respecto a los brotes de agua que surgieron en casas de la colonia Ricardo Flores Magón en Yautepec, tras el sismo del 19 de septiembre, el funcionario estatal dijo que se busca canalizar esas aguas para drenarlas de los domicilios y utilizarla para el riego o dirigirlas hacia la barranca, lo cual dependerá de los resultados de las muestras.
Cabe destacar que el manantial de Agua Hedionda abastecía una parte del caudal hacia la región oriente para regar a más de 2 mil 600 hectáreas, mientras que el manantial San Ramón regaba más de 80 hectáreas en su zona de influencia.
Fuente: UNAM /Gobierno de Morelos
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