El jefe de la Oficina de Resiliencia de Durban, Sudáfrica, Debra Roberts, dijo que la Nueva Agenda Urbana de la ONU es bastante vaga para ser puesta en acción; pero la clave es la cohesión social.
El jefe de la Oficina de Resiliencia de la ciudad de Durban, Sudáfrica, Debra Roberts, consideró que una nueva estrategia de las Naciones Unidas para direccionar los desafíos que enfrentan las ciudades por el rápido crecimiento, carece de suficiente detalle para permitir a las ciudades actuar acorde a ello.
Explicó que la Nueva Agenda Urbana de la ONU, la cual establece directrices para el desarrollo urbano sustentable en los próximos 20 años, es bastante vaga para ser efectivamente puesto en acción; a la vez que recordó que la estrategia se espera que se apruebe la siguiente semana en una importante conferencia de vivienda y desarrollo urbano en Quito.
“El proyecto es su forma actual es bastante aspiracional. No está asociado con alguna clara vía de desarrollo para las ciudades […] No me dice como un funcionario de gobierno oficial cómo debería hacer algo diferente”, manifestó.
La creación de nuevos objetivos de desarrollo sustentable y un nuevo acuerdo sobre el cambio climático global son “logros sustanciales, pero mi preocupación es que nosotros llegamos a estar tan obsesionados con obtener la palabra ´ciudad´ o ´urbano´ dentro de un texto de la ONU que olvidamos porqué estamos haciéndolo en primer lugar”.
Ciudades opuestas
Debra Roberts refirió que los climas extremos son cada vez más frecuentes e intensos derivado del cambio climático, a lo que se suman las presiones que ya enfrentan las ciudades, como una rápida expansión, disminución de los recursos naturales y el envejecimiento de las poblaciones.
De hecho, más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades actualmente, pero para el año 2050 esto crecerá 70%, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat).
En este contexto, Debra Roberts dijo que esos desafíos se agravan por el incremento impredecible de eventos, con consecuencias involuntarias o imprevistas. “Nosotros vivimos en un escenario en donde la historia ya no es más una buena predicción del futuro”.
De tal manera que esa incertidumbre y crecimiento combinado de presiones representa para las ciudades enfrentarse a más decisiones difíciles y complejas.
En este contexto, advirtió a los políticos que no hay una receta global para el éxito, en cambio, todo se reduce a la comprensión del contexto local. Por ejemplo, en Dar es-Salam, Tanzania, 70% de la ciudad está conformada por asentamientos informales, lo que significa que tiene un perfil de desarrollo completamente diferente de otra ciudad, por lo que no se puede solamente aplicar alguna política global en ella.
Por otra parte, explicó que la construcción de la resiliencia (capacidad de adaptación o recuperación) a nivel de una ciudad es una idea bastante nueva en el léxico gubernamental. En el caso de Durban ha emprendido acciones ambiciosas de reforestación en un esfuerzo por combatir el cambio climático, mientras que simultáneamente crea empleos en un país donde la tasa de desempleo oficial está arriba del 25 por ciento.
Incluso, “nosotros estamos viendo más iniciativas alrededor del mundo, para ayudar a las ciudades a enfocarse a la adaptación del cambio climático y resiliencia”, agregó.
Claves para alcanzar el objetivo
Una clave para crear un desarrollo sustentable genuino es la creación de una plataforma para el intercambio de ideas y planes de acción entre las ciudades; y justo ahora, “muchas ciudades están excluidas de la conversación global por carecer de acceso y recursos. Nosotros necesitamos buscar afueras esas voces”, manifestó Debra Roberts.
Asimismo, los formadores de políticas urbanas necesitan reinventar el gobierno y comprometerse con un rango más amplio de actores, de la sociedad civil y del sector académico; así como demostraciones prácticas sobre cuáles trabajos son necesarios también, porque sólo en ese camino uno puede capturar las mentes de los líderes.
Incluso, para muchas ciudades alrededor del mundo, la tecnología todavía no es la respuesta, “la cohesión social es la clave”; además, los políticos mundiales no conducen las revoluciones, la gente local lo hace, concluyó Roberts.
Fuente: Thomson Reuters Foundation
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