Especialistas y veterinarios plantearon que sea obligatoria la normatividad que rige a estos parques, la creación de un instituto de rescate y rehabilitación, así como capacitación ambiental.
En el marco del foro “Análisis de los espacios de exhibición de especies en México”, llevado a cabo el Palacio Legislativo de San Lázaro, el director general de Africam Safari y en representación de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, Frank Camacho, planteó que la normatividad mexicana que rige a los zoológicos, la cual es voluntaria, sea obligatoria y que exista un agente regulatorio para que los parques en malas condiciones mejoren o cierren.
Destacó que en México existen 110 zoológicos y acuarios registrados, que albergan 50 mil organismos en peligro de extinción, para lo cual hay programas para recuperar esas especies; sin embargo, si llegaran a prohibirse estos lugares, se provocaría la extinción inmediata de decenas de especies, agregó.
Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, Rodrigo Constandse, consideró necesario generar un instrumento que obligue a invertir más en educación ambiental, y la creación de un instituto de rescate, investigación, rehabilitación y de introducción de mamíferos marinos en un trabajo público-privado.
Asimismo, calificó de mal fundada la exposición de motivos de la iniciativa de reforma a la Ley de Vida Silvestre, “y las consecuencias pueden ser la muerte de 300 animales que están bajo nuestro cuidado”.
En cuanto al comercio de mascotas en México, el veterinario Miguel Ángel de la Torre Suire propuso establecer la obligación de las comercializadoras de capacitar a su personal de venta, para que tengan conocimiento sobre lo que están vendiendo y la gente analice lo que compra con información más sólida.
En su participación, Gustavo Lozano Guerrero, de la Fondation Franz Weber, subrayó la importancia de reconvertir los zoológicos, la cual debe acompañarse por una prohibición determinante de la reproducción y comercialización de fauna, así como impedir el ingreso de fauna exótica al país y equiparar el tráfico de vida silvestre al nivel de delincuencia organizada.
En tanto, el coordinador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (UNAM), Fernando Gual-Sill, y presidente de Blau Life, del Acuario Inbursa, Alejandro Nasta Icaza, coincidieron en que los zoológicos y acuarios son un contacto entre la fauna silvestre y las personas, inspirando a que la población trabaje para el cuidado de la biodiversidad, además de crear oportunidades de educación.
Por otra parte, Rocío Vanessa Moreno Rodríguez, bióloga de la UNAM y activista ambiental, dijo que la exhibición de animales no genera empatía, ni influye en la conservación directamente. “De qué manera exhibir animales desnutridos, aburridos y enfermos ayuda a la preservación de sus especies [...] El cautiverio debe ser la última forma de conservación y si existen estos centros deben contar con objetivos éticos del hábitat, la población de las especies y el respeto a la vida animal”, agregó Moreno Rodríguez.
Fuente: Cámara de Diputados
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