El desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas, así como la localización de yacimientos de metales preciosos impactó las condiciones de vida de especies silvestres y las zonas forestales de la entidad.
De acuerdo con la obra “La biodiversidad en Guanajuato: Estudio de Estado”, una vez que concluyó la conquista en México y de que los españoles terminaron con el reparto de las tierras fértiles de la Nueva España, emprendieron la colonización de los territorios del norte, entre los que se encontraba la región guanajuatense conocido en aquel entonces como Las Chichimecas.
“Este proceso incluyó el reparto de tierras para estancias de ganado, con lo que se favoreció la introducción de las especies de animales domésticos exóticos, provenientes del viejo mundo”, y que a su vez dio impulso al desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas, incrementando más el impacto sobre las condiciones de vida de las especies de flora y fauna silvestre.
A esto se sumó la fundación de presidios, villas, pueblos y congregaciones de indios derivado de la localización de yacimientos de metales preciosos, los cuales representaron las riquezas que necesitaba la Corona española; sin embargo, como consecuencia de la extracción minera, aumentó la explotación de los bosques para obtener la madera suficiente para obtener el metal.
Lo anterior, considerando que el método consistía en calentar con fuego una roca y luego enfriarla con agua abruptamente para resquebrajar la roca hasta obtener el mineral, por lo que al deforestar grandes zonas se perdió parte de la riqueza ecológica y el paisaje se transformó irreversiblemente.
Conjuntamente, los asentamientos mineros en su proceso de extracción utilizaron técnicas altamente contaminantes, como las sales de azogue que contenían mercurio y otros compuestos con cianuro; incluso, la idea hispana de que la naturaleza se recupera sola y es infinita sustituyó a la idea autóctona de conservar el medio natural para sobrevivir.
De esta manera, el daño que desde el siglo XVI se provocó al medio ambiente fue irreparable, este efecto se agudizó en los siglos XVII y XVIII; y luego de la guerra de Independencia, en el siglo XIX, continuó el deterioro que con la llegada de los capitales ingleses, llegó la tecnología de vapor, y con los estadounidenses, la energía eléctrica.
“El paisaje se fue transformando con cada nueva actividad y se dejaron cada vez menos espacios para la vida silvestre en todo el territorio estatal, una tendencia hacia la destrucción y el agotamiento del medio ambiente que ahora debe frenarse”, refiere la publicación, elaborada con la participación de 243 autores y más de 45 instituciones.
Fuente: Libro “La biodiversidad en Guanajuato”
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