En el municipio de Jocotitlán se instaló un invernadero para su cría, debido a que la baba de este molusco llega a venderse hasta en 800 pesos y el kilo para fines gastronómicos de 90 a 150 pesos.
A través del rubro “Ejecución de proyectos de alcance regional de las organizaciones sociales del sector forestal 2016” del Pronafor de la Comisión Nacional Forestal, la Asociación de Productores Forestales del Norte del Estado de México fue acreedor a 250 mil pesos para impulsar un proyecto enfocado al aprovechamiento del caracol común (Helix aspersa).
Se trata de la construcción de una casa de paja, en el ejido Santiago Yeche, municipio de Jocotitlán, que incluye estufa ecológica, cisterna de ferrocemento para el agua pluvial, un baño seco y un invernadero para la cría de este molusco, el cual, representa una alternativa de desarrollo económico.
Ello, debido a que un litro de baba de caracol puede venderse hasta en 800 pesos para tratamientos de belleza, debido a que estimula la formación de colágeno desvaneciendo cicatrices, manchas, marcas de acné y arrugas; mientras que para fines gastronómicos, un kilo de caracol puede venderse entre 90 y 150 pesos.
Sin embargo, para fomentar su producción fue necesaria la capacitación de 30 hombres y mujeres de los municipios Jocotitlán, Jiquipilco y Acambay, quienes durante ocho semanas aprendieron técnicas de crecimiento, producción y comercialización
Por ejemplo, el caracol tiene un promedio de vida de un año y a los cuatro meses se le puede extraer la baba mediante colocar un kilo de caracol en 200 mililitros de agua, que al agitarse, el movimiento provoca que los animales generen baba.
De hecho, se estima que un kilo de caracoles puede proveer medio litro de baba, la cual se mezcla con esencias aromáticas y se envasa, para llevar a cabo su venta en ferias regionales y pequeños negocios.
Además, luego de dos extracciones de baba, esta especie rica en hierro y baja en grasa sirve para la elaboración de diversos platillos como el ceviche, el cual ya preparan en dicha localidad de raíces mazahuas.
Al respecto, la integrante de la Asociación, Jovita Gómez Montoya, explicó que para la producción de caracoles se les da la higiene adecuada, además de que son criados con productos orgánicos (sólo con verdura), la cual está libre de químicos.
Cabe destacar que anteriormente el caracol era considerado una plaga en jardines y cultivos del Estado de México, sin embargo, tras una capacitación a los integrantes de la Asociación de Productores, actualmente, los beneficiarios de Jocotitlán, Jiquipilco y Acambay aprovechan una población de 1 mil 500 ejemplares, con miras a expandir su mercado a una población de 10 mil caracoles.
Fuente: Conafor
0 comments:
Publicar un comentario