El Centro de Agroecología y Ambiente explicó que el crecimiento acelerado de la mancha urbana en el contorno del Parque Nacional La Malinche generará que una de cada diez especies pierda su hábitat.
Investigadores del Centro de Agroecología y Ambiente (Cenagro) del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), a través de un estudio sobre la expansión de manchas urbanas en el contorno del Parque Nacional La Malinche, el Izta-Popo Zoquiapan y la región del valle Libres-Oriental, entre otras, proyectaron que éstas crecerán en promedio entre 25 y 30 por ciento en cien años.
Al respecto, el profesor investigador del Cenagro, Daniel Jiménez García, detalló que en el contorno del Parque Nacional La Malinche es donde la mancha urbana de la ciudad de Puebla tendrá un ritmo de crecimiento más veloz, de tal manera que se prevé una disminución de la biodiversidad del 10%, es decir, una de cada diez especies de flora y fauna que habitan la región perderá condiciones de nicho para vivir.
“Al hacer este tipo de modelados sabemos que una importante superficie de espacios naturales serán sacrificados a favor de esta expansión”, e incluso, si los espacios naturales generalmente se encuentran en pendientes pronunciadas y es hacia esa zona donde se dirigen los asentamientos, se puede afirmar que los riesgos de derrumbes se incrementarán para los habitantes de la capital.
Sin embargo, el problema de los siniestros naturales se soluciona con una correcta planeación, y por ello el trabajo que realiza está enfocado “en la generación de atlas de riesgos, los cuales permiten conocer cómo se dará el crecimientos de las ciudades, para que antes de que ocurra se pueda planear, a fin de evitar los riesgos implicados”, refirió.
Por otra parte, el estudio arrojó que en menos de 70 años la temperatura del Valle de Tehuacán aumentará tres grados centígrados derivado del cambio climático, lo cual generará que en esta región, cuna del maíz desde donde se diversificó y distribuyó al resto del país y América Latina, pierda 20% de su superficie de cultivo.
El investigador explicó que este cambio drástico y acelerado en las condiciones climáticas representa un mayor estrés hídrico a las plantas de maíz, asegurando un decremento en las áreas de cultivo de aproximadamente 30 kilómetros cuadrados, equivalente a la extensión del municipio de Zaragoza.
En este contexto y a fin de determinar riesgos potenciales, el investigador y su grupo de estudiantes de licenciatura y posgrado emplean un determinado número de animales o vegetales claves, para comprender la biodiversidad de la zona estudiada y determinar cómo se encuentran los sistemas, a fin de vislumbrar posibles consecuencias de siniestros naturales, el cambio climático y las modificaciones en el uso de suelo.
Fuente. BUAP
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