Del 15 de diciembre al 30 de abril de 2017 se podrán apreciar estos ejemplares en las lagunas costeras de Ojo de Liebre y San Ignacio de la Reserva de la Biosfera el Vizcaíno, Baja California Sur.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), anunció que la temporada de avistamiento de ballena gris (Eschrichtius robustus) se estará realizando del 15 de diciembre al 30 de abril de 2017, en las lagunas costeras de Ojo de Liebre y San Ignacio de la Reserva de la Biosfera el Vizcaíno, en Baja California Sur.
De tal manera que se otorgaron 55 permisos para la prestación de servicios turísticos, lo que implica la obligación de emprender actividades sustentables para la observación de ballenas, con base a la Norma Oficial Mexicana 131 SEMARNAT 2010, la cual establece lineamientos y especificaciones para este tipo de recreación, relativas a la protección y conservación de su hábitat.
En este contexto, la Conanp estimó la presencia de 2500 ejemplares de ballena gris, una cantidad similar a la registrada en la temporada anterior, cuando se contabilizaron 1 mil 436 ballenas adultas y el nacimiento de 11 mil ballenatos, en las dos lagunas costeras de Ojo de Liebre y San Ignacio.
Ballena gris en México
- Esta especie es procedente de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort en Alaska.
- Recorre 12 mil kilómetros en aproximadamente tres meses, para reproducirse en las lagunas costeras de Baja California Sur, Laguna Ojo de Liebre, Laguna Guerrero Negro, Laguna San Ignacio y Bahía Magdalena.
- En 1972, el gobierno de la República decretó la creación de los primeros santuarios de ballenas en las Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre-Guerrero Negro, en Baja California Sur.
- En 1993, la Conanp inscribió como Sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad al Santuario de Ballenas de El Vizcaíno.
- Desde hace más de 26 años, el Vizcaíno ha realizado el monitoreo sistemático de la presencia de la ballena gris dentro de Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre-Guerrero Negro.
- En las acciones de su conservación también participan la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Secretaría de Marina, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, y los Comités de Vigilancia Participativa (integrados por pescadores, ejidatarios, pequeños empresarios y sociedad civil organizada).
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